Nota bio-bibliográfica
Manuel del Barrio Donaire (Úbeda, 1977) escribe poemas, ve la tele, vive en Málaga, trabaja en una librería, bebe cerveza Alhambra, estudió y creció en Madrid, en 2008 obtuvo el Premio Nacional de Poesía Princesa de Éboli por su poemario Confesiones de un Soltero Autopoético (Point de Lunettes) que se publicó en
SELECCIÓN DE POEMAS
POEMATIZAR
Sentarse en una silla dice tu horóscopo
pedir un ice late mediano con azúcar, vaso de plástico, pajita,
/pajita.
La certeza de escribir y marcharse dentro de una hora
de este local con aire acondicionado, levantarse de la silla y no estar solo,
salir a la calle Alcalá con 237 palabras por delante,
como una procesión, como un cortejo fúnebre,
como la línea discontinua de una carretera o un tren de cercanías.
Escribir que en la mesa de al lado un tipo abre su portátil,
que no es un Mac,
y bebe un líquido amarillento con hielo, vaso de plástico, pajita,
un líquido luminoso que parece té o pis de gato,
el tipo es joven, pelirrojo, alternativo, zapatillas de tela con cuadraditos blancos
/y negros, camiseta oscura de algodón, los dientes limpios.
Te pregunta si hay internet, perdona, que si hay wifi
y contestas que no, que ya no hay wifi.
Entonces el joven alternativo guarda su portátil,
que no es un Mac,
y saluda a una chica rubia que acaba de llegar,
dos besos, hola, hola, y le dice que no hay wifi, no jodas,
terrible, y no saben qué hacer. Se miran.
La rubia también trae un portátil, trae una funda de neopreno tamaño portátil,
por lo que es fácil deducir que dentro hay un portátil que necesita una red wifi
para cumplir la función básica de todo ser humano.
Después de nacer y crecer el ser humano
necesita conectarse, beber café, refrescos con burbujas,
ir a la universidad, follar, hacer trabajos…
si no hay wifi la vida se detiene,
/negros se van,
adiós, buscan un espacio con wifi y aire acondicionado
para prosperar, reproducirse, sacar el curso adelante, vivir la vida.
(de ALGUIEN QUE SEA YO)
CUENTOS POR PALABRAS
Y te pide una palabra. Así es Pauline.
Aparece de pronto en la puerta de una zapatería y te dice hola,
con la boca llena de flores o de peces, te dice, no sé, te habla de ciudades,
de cosas que son como cuerpos de mujeres enfermas,
se tapa los ojos con las manos y te pide una palabra. Así es Pauline.
Dame una palabra, dice, y tú no sabes para qué, pero coges y se la das.
Dices “contrito” o “libélula”, dices, “consustancial”
entonces ella te da las gracias y se va corriendo.
Tú sigues con las cosas de la vida, ya sabes, los hechos, las acciones, el movimiento
característico de los seres vivos que te obliga a desayunar por las mañanas.
Eliges la ropa estudias comes trabajas mueves la cucharilla dentro de la taza de
/café.
A los pocos días vuelve a aparecer. Así es Pauline.
Aparece de pronto en una calle llena de charcos y te dice hola,
entonces te abraza y tú respiras profundamente porque los abrazos de Pauline
huelen a pastel de chocolate y manzanas verdes.
Luego te dice aquí lo tienes, y te da un papel doblado muchas veces.
Lo abres con miedo, como si algo pudiera quebrarse,
y descubres un cuento o un poema
que se titula “contrito” o “libélula”, que se titula “consustancial”.
Cuando lo lees no entiendes nada. Lo lees y las palabras se confunden,
significan eso y lo otro, yo hablo, hablo, pero el que me escucha sólo retiene
las palabras que espera. Así es Pauline.
(de CONFESIONES DE UN…)
LO DE SIEMPRE
Hay una manera de escribir que busca, no encuentra
más que por accidente o por gracia, y sigue buscando.
Christian Bobin
Y sin embargo uno prefiere no arreglar lo que se rompe.
Llevo 30 años atándome los cordones y follando más de lo estrictamente
/necesario
mientras busco algo que no sé dónde coño anda.
Busco las llaves del coche, un cd que no sé dónde está, el libro este,
el otro calcetín a rayas, busco en el caos y en el desorden de mi armario,
en los cajones, en los bolsillos del abrigo.
Pierdo monedas, lápices, papelitos con cosas apuntadas.
Me pierdo a mí mismo en los pasillos de algunos hospitales, en los hoteles.
Tal vez por eso escribo,
para encontrar lo que busco o para enumerar todo eso que voy perdiendo
y que no se me olvide, para poder mirar atrás de vez en cuando
y distinguir lo que ahora soy de lo de antes.
Me gustaría pensar que escribo para llegar más allá de la gramática y de los
/cuerpos
de aquellos que se montan conmigo en un vagón de metro. Que escribo
para atravesar paredes, para darme la vuelta y ver lo que tengo detrás
que tanto me molesta, que se me clava en la espalda por las noches como se me
/clava
el iPod cuando me quedo dormido escuchando música.
Pero llega un momento en que toda tu vida pasa por ese
“qué voy a hacer yo ahora”
tan distinto de follar o de atarse los cordones.
La necesidad de alcohol es como la necesidad de sexo, de carne,
de filetes de pollo o de empanadas de atún. Un alimento, las vitaminas
que te receta el médico y que te dan en la farmacia en botes de color naranja.
El tiempo.
Ese patio interior que nos separa de un niño salido y con granos que se hace
/pajas
mientras espía a la vecina de enfrente tender la ropa.
Uno ya no puede bajarse los pantalones con tanta rapidez.
Desabrocharse el cinturón y entrar en un dormitorio a toda prisa con las luces
/apagadas.
Entrar, penetrar, introducirse en.
Hay que pensar un poco, decirse para qué, por qué, qué es lo que quiero, lo que
/busco.
Los niños no se preguntan estas cosas, se sacan los mocos y los pegan
debajo del pupitre, se tiran de los pelos, le suben la falda a la tía buena de la
/clase
y mean en la calle, en cualquier lugar.
Pero de pronto llega un día en que eres capaz de apagar el despertador a la
/primera.
Te afeitas, compras el periódico, vas al trabajo,
haces un montón de cosas por las que tu empresa te paga mil y pico euros al
/mes.
Contestas al móvil, asistes a reuniones, rellenas tablas, sumas, restas,
/multiplicas.
Tienes que llegar al presupuesto.
Has ido a la universidad, tienes títulos, diplomas, palmaditas en la espalda,
te has esforzado tanto para llegar aquí.
Lo de leer libros y escribir gilipolleces sólo son cosas de críos,
mocosos que no van a llegar a nada en la puta vida.
Y qué difícil es reconocer que uno sigue siendo un crío, un manojo de nervios
y de cosas tiradas por el suelo, calcetines, libros, fotografías, tickets de Zara.
Qué difícil es ir a las reuniones de vecinos y decir
“presente” o “tengo goteras en el cuarto de baño, joder”,
qué difícil es ir al banco y abrir una cuenta a plazo fijo
o levantarse pronto los fines de semana para hacer las tareas domésticas,
la lejía, el suavizante, lavar esto, fregar aquí, sacarle brillo a la encimera.
Programar una lavadora es algo que te obliga a crecer 15 años de repente,
pero tienes que hacerlo. Tienes que sobrevivir. Hacerte un hombre.
Nacer. Crecer. Emborracharse. Falso orden que disimula el caos,
vida profunda en la que toco el agua terrible con la punta del pie.
(de CONFESIONES DE UN…)
¡CANTA OH MUSA!
Para María Jesús (la rubia)
No es lugar para poetas
va y me dice una rubia en un local
lleno de humo y de cuerpos y de vasos
y cómo has dicho que te llamas dos
chupitos por favor que no te oigo
y qué lugar entonces será ése
el Parnaso París un cementerio
uy qué ocurrente jajaja y qué tonto
no gracias de verdad que ya no bebo
y digo yo que no hay mejor lugar
y grito ¿qué? que no hay mejor lugar
que este lugar con poca luz y poco
oxígeno y el hambre para ser
poeta y ser 1+1 cualquier
día de la semana en este bar
que no es lugar según la rubia para
y porque lo importante aquí es bailar
y ser guapete y blablabla con cierta
gracia moviendo la colita como
un perro si la rubia dice tal
o si la rubia o sea qué fuerte dice
ser poeta y ser nariz y ojos y boca
de poeta y barba larga de maíz
y la rubia una y mil veces la rubia
con sus mechones pechos manos rubia
y sus zapatos ser metro noventa
de poeta al otro extremo de la barra
y ayer vi una película y por esto
y ayer vi una película y lo otro
sin boli sin papel y sin gomina
lo sabes y lo piensas no se puede
es imposible ser aunque lo escribas
y menos a estas horas y en un bar
por mucho endecasílabo y la rubia
a veces venga vale sí tal vez
lo cual escrito en prosa significa
canta oh musa que te vayas a la mierda.
(inédito)
INSTRUCCIONES PARA ESCRIBIR COMO DIOS MANDA,
ES DECIR, SIN PALABROTAS
Era hermoso follar bajo los árboles
Dionisio Cañas
evoluciona, dicen, crece, avanza
los poetas, las señoras, las abuelas
escribe nuevos poemas nuevos, dicen,
abrígate hijo mío, utiliza las dos piernas,
camina erguido, talla el sílex,
ya eres todo un homo sapiens,
descubre el fuego
el arte, el arte,
la música, la cueva
y no escribas follar ni escribas polla
y aféitate por dios, mira qué pintas
y no lo toques más si escribes algo
intenta escribir algo, dicen,
intenta escribir limpio, pulpo, exacto,
paloma, sustantivo,
invierno es todo frutas y linternas
olvidadas,
palabras oxidadas
como palabras que no puedes
decir, que sí, que no, que no, que sí, que no
palabras que tampoco o nunca o sólo
a veces, cuervo, enjambre, empuñadura.
cuando escribo follar escribo vida
bisonte, flecha, música, instrumento
algo redondo como un clítoris redondo como un plato
que se puede apretar entre los dedos,
y lamer y dejar sobre la mesa
el poema limpio, el poema higiénico
el poema con la cesta y las manzanas
el arte, el arte,
el niño bueno
que no puede escribir follar
porque eso no se escribe
ni se hace,
orgasmo, polla, coño, teta, semen.
(inédito)
José María,felicidades por esta presentación de Manuel del Barrio.
ResponderEliminarEs una delicia escribir tan breve pero tan acertadamente sobre este emergente poeta de gran potencial y calidad poética.
Si,soy Presidenta de su club de fans,ha,ha,ha!
inexistente aún,por cierto*.
Me encantan los poemas que has escogido para colgarlos en tu blog.
Ya voy a seguir de cerca que nos vas descubriendo.¡GRACIAS!
[*nota para las coleccionistas de escritores;)]