Ben Clark (Ibiza. 1984). Ha publicado los libros Los hijos de los hijos de la ira (XXI Premio de Poesía Hiperión ex aequo con David Leo García. Hiperión, 2006), Cabotaje (Delirio, 2008), Memoría (Editorial Huacanamo, 2009), La mezcla confusa (VII Premio Nacional de Poesía Joven Félix Grande. UP José Hierro, 2011) y Basura (Editorial Delirio, 2011). Ha traducido los Poemas de Amor de Anne Sexton (Ediciones Linteo, 2009) y la Poesía Completa del galés Edward Thomas (próximamente en Ediciones Linteo). También ha preparado, junto a Borja Aguiló, la antología Tengo una cita con la Muerte (Poetas muertos en la Gran Guerra) (Ediciones Linteo, 2011).
Durante el curso 2004-2005 residió en la Fundación Antonio Gala para Jóvenes Creadores, en Córdoba. Ha sido bibliotecario, locutor de radio, camarero de barcos, portero de bingo, costalero, coleccionador de 600, cojo, poeta boxeador, coordinador, en Salamanca, del espacio de poesía experimental Sala Marte Poesía (www.salamartepoesia.com), presentador y monologuista. Forma parte de la asociación cultural de la Revista Mombaça, impulsora del I Campeonato Mundial de Poetas Pesados (www.poetaspesados.blogspot.com), y que prepara, en la actualidad, junto a Fabio de la Flor y Jorge Páez, el evento 'Poeting: poetas en caída y verso libre'. Desde el año 2006 administra el espacio de poesía www.delversoyloadverso.com
Durante el curso 2004-2005 residió en la Fundación Antonio Gala para Jóvenes Creadores, en Córdoba. Ha sido bibliotecario, locutor de radio, camarero de barcos, portero de bingo, costalero, coleccionador de 600, cojo, poeta boxeador, coordinador, en Salamanca, del espacio de poesía experimental Sala Marte Poesía (www.salamartepoesia.com), presentador y monologuista. Forma parte de la asociación cultural de la Revista Mombaça, impulsora del I Campeonato Mundial de Poetas Pesados (www.poetaspesados.blogspot.com), y que prepara, en la actualidad, junto a Fabio de la Flor y Jorge Páez, el evento 'Poeting: poetas en caída y verso libre'. Desde el año 2006 administra el espacio de poesía www.delversoyloadverso.com
Llenándonos a todos, viejo sitio
sin tregua que se ofrece, que se entrega
en un envase nuevo cada vez.
Ambiguo testamento, gran desplome.
Campa y come y reposa con sólo un enemigo
que atender; el deseo.
Pero sabe que no hay guerra posible,
todo lo ocupa y todo lo comprende
y todos son sus hijos
a la larga; mitosis hediondo
siempre garantizado,
siempre posible mientras existamos.
de Basura
(Editorial Delirio, 2011)
(Editorial Delirio, 2011)
Después la vida supo ser sencilla:
todo ardería tarde o temprano y las entradas
no eran caras y siempre había bar.
La promesa feliz del holocausto
llenaba los museos de arte nuevo;
los cines de películas fantásticas;
las caras de un amargo, compungido contento.
de Basura
(Editorial Delirio, 2011)
(Editorial Delirio, 2011)
El capitán Charles Moore adora el plástico.
Él sabe que el océano es vencible
y sueña en la cubierta con un largo paseo:
desde las rocas serpentinas de Baker Beach
(donde antaño corría la leyenda
del joven Albert Kogler y el gran tiburón blanco)
hasta el puerto de Kushiro y su verano breve.
Es un hermoso sueño, piensa Charles
–boca arriba en el centro del Pacífico–,
colmado de basura y de paciencia.
de Basura
(Editorial Delirio, 2011)
(Editorial Delirio, 2011)
Titanio
Para Chity Taboada, in memoriam
Porque fui de titanio puedo hablar
del óxido fecundo, puedo hablar
de las ramas, de sus frágiles
engaños
y del placer que regala la madera
recién cortada.
Porque fui de titanio dos años y tres días
puedo hablar de los deseos del frío,
de la quietud y el eco
de los polideportivos. Dos años
y tres días enteros sin llorar.
Metal.
Un tipo peligroso de titanio.
Apenas lo recuerdo;
biónico y feroz en la cafetería,
decía poco
y no escribía nada. Cómo no
envidiar hoy su estilo
de autor acorazado en la verdad
de los versos ligeros, irrompibles.
Lo recuerdo gris,
sin otro amor
que la certeza
vaga de ser un poco más humano;
recorría las grandes avenidas
como un cíborg
de absoluto presente.
Aleación ajeno a todo miedo,
hay días en que extraño su presencia.
Días como hoy.
Quebradizos martes,
sábados anodinos de escayola.
Hoy me faltas, mutante,
hoy te querría cerca, como un dios
del futuro que habita mi pasado:
sé que fuimos el mismo.
Sé que fuimos un solo corazón
aunque tú eras más fuerte.
No hubiera conocido
esta tarde tus lágrimas.
No.
Habrías caminado por esta tierra frágil
sin un solo suspiro de impotencia.
Porque tú eras el fuerte que yo fui.
Porque tú estabas hecho de titanio.
Inédito. 2011
Husos
He estudiado los husos y ya sé
por qué me duele tanto tu aventura:
pienso en tu cuerpo lejos de mis manos
–vivo en España donde todo es triste
y tú en Irlanda donde todo es verde–.
Y cuando tú le besas en Dublín
aquí ya hace una hora de ese beso.
Es como si estuviera
escrito de antemano. Los sonidos
precisos de tus labios al rozar
los suyos, cuando aquí
llevo ya tres mil seiscientos segundos
con las sienes hinchadas por el son.
Toda una hora que siempre me atormenta.
Porque es una hora más que me has faltado
y una hora que le queda todavía
al otro, amor, contigo.
De La mezcla confusa
(UP José Hierro, 2011)
(UP José Hierro, 2011)
Ira
(Henri Charrière ‹‹Papillon››)
Entre piedras de sombra,
De ira, llanto, olvido
Alienta la verdad.
La prisión,
La prisión viva.
De ira, llanto, olvido
Alienta la verdad.
La prisión,
La prisión viva.
Luis Cernuda
He conocido el mar y el plenilunio
lo cual, para una vida, ya es bastante.
Y sin embargo he visto
más cosas: cómo el hielo dormía en San Quintín
sobre las cruces blancas de los soldados muertos,
he visto las hogueras de los pobres
en los barrios de Roma he visto rostros
densos como el aceite en Buenos Aires
y he conocido el miedo
de la mano de un libro y fui feliz.
Fui feliz en los años más oscuros
y sólo esto es posible reprocharme:
feliz porque ya había visto el sol sobre el mar
en mi infancia de arena,
feliz porque el recuerdo no conoce las cárceles
que el hombre impone al cuerpo; con un día,
con un día de luz
sería mucho más que suficiente,
pensar la luz y ser, dentro del pozo,
la encarnación del día, del alba y sus regalos:
la hierba y el rocío, los insectos
colmados de misterio, ser el bosque
y respirar el bosque sin prisa hasta el crepúsculo.
Con eso bastaría
para vivir cien años en cualquier agujero.
He conocido el mar y el plenilunio,
he visto que la noche tiene límites,
que algo alumbra detrás
y sé que quien fue libre una mañana
nada debe temer de los años oscuros.
Inédito. 2011
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